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La confianza en Allah


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Resumen del tema
Encomendarse a Allah es una petición enorme y una demanda de Allah a sus siervos en todos los casos. Se trata de que el corazón se encomiende a Allah para obtener beneficios y evitar los daños. Si el siervo se encomienda a Allah verdaderamente, Él le va proveer y bendecir tal como hace con las aves y los animales
La primera

Primer Jutba

Alabado sea Al-lah, Quien colma de bendiciones a Sus siervos y aparta de ellos muchas de las desgracias por Su misericordia. Le alabamos como corresponde a la majestuosidad de Su rostro y la grandiosidad de Su poderío. Atestiguo que no hay otra divinidad excepto Al-lah, Único, sin asociados. Sus promesas son inalterables, cuando Él decide algo nadie lo puede impedir, y Él es rápido en ajustar cuentas. Alabado sea Al-lah quien nos ha enseñado cómo alcanzar el éxito y cómo tener paciencia ante los fracasos, alabado sea Al-lah, a quien encomendamos nuestros asuntos. Atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero; el líder de los creyentes, el ejemplo de los justos y el mejor de los educadores. ¡Al-lah! Bendice a Muhammad, su familia, sus compañeros y todos los que sigan su guía hasta el Día del Juicio Final.

¡Musulmanes! La búsqueda del sustento diario es parte de la naturaleza de todo ser vivo. Durante el día, incluso por la noche, los empresarios, los comerciantes, los agricultores, los profesionales, los empleados y los administrativos de cualquier compañía se dedican a sus diferentes trabajos, buscando la manera de obtener lo que necesitan para sostenerse a sí mismos y a sus familias. Esto, por supuesto, está bien; el problema surge cuando a la persona, en su afán de cubrir los gastos de su familia, no le importa los medios que usa o sigue para lograr su objetivo, por ello encontramos gente que engaña y miente para tal fin.

Encontrar lo que se necesita para sobrevivir por lo general es difícil, y el deseo por la riqueza puede convertir a la persona en presa de gente mala, quienes pueden conducirla por el camino del Haram o la humillación. El Islam prohíbe enérgicamente ganarse la vida de formas deshonestas o que hagan que el individuo se humille o sea humillado; al respecto, dijo el Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: “Que el hecho de no tener lo que quieren o necesitan no los vaya a hacer caer en la desobediencia de Al-lah, pues nadie obtiene el favor de Al-lah sino por medio de Su obediencia”.

En vista de la pobreza que vive la mayoría de las personas en la actualidad y la crisis económica por la que están pasando hasta los más ricos, es bueno que nos preguntemos: ¿qué debemos hacer?, ¿cómo salir de la pobreza y librarnos de los problemas generados por la irresponsabilidad en el manejo de la economía mundial?, ¿será que el fin justifica los medios, es decir, que no importa si robamos, engañamos y trabajamos con interés bancario y usura? La respuesta a este tipo de preguntas la encontramos en lo que Omar Ibn Al Jattab, que Al-lah esté complacido con él, nos reportó; dijo: “Escuché al Mensajero de Al-lah decir: ‘Si ustedes se encomendaran a Al-lah realmente los proveería como lo hace con las aves, ellas salen de sus nidos hambrientas y regresan satisfechas y con comida’”. Ibn Mas’ud, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Una de las señales de la falta de confianza en Al-lah y certeza de que Él es quien provee a toda la creación, es que la persona busque su sustento en la desobediencia y desagrado de Al-lah. Al-lah, en su infinita sabiduría y justicia, ha decretado que la tranquilidad y la solución de los problemas sea el resultado de la confianza, la certeza y la aceptación, y que la preocupación y la tristeza sean el resultado de la duda”.

Queridos hermanos, Al-lah, Alabado sea, ordenó a todos Sus siervos que se encomienden a Él en todos sus asuntos, dijo:

{Al-lah conoce lo oculto de los cielos y de la Tierra, y a Él retornan todos los asuntos [y os juzgará por ellos]. Adoradle pues, y encomendaos a Él; y sabed que vuestro Señor está bien atento de lo que hacéis.} [Corán 11:123]

{Encomiéndate al Viviente Inmortal, y glorifícalo. Él está bien informado de los pecados de Sus siervos.} [Corán 25:58]

{Encomiéndate en el Poderoso, Misericordioso.} [Corán 26:217]

Encomendarse a Al-lah significa confiar total y absolutamente en Él, pues no hay nada ni nadie que pueda beneficiar aparte de Al-lah, ya que suyo es todo el bien y la bondad; así, el creyente se entrega completamente a la voluntad de su Señor, porque confía en Él, lo que le genera sentimientos de tranquilidad, conformidad y voluntad para esforzarse por alcanzar sus propósitos sin importar las dificultades que se presenten. Ibn Al Qaiem, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Encomendarse a Al-lah es la mitad de la fe. Al-lah estableció una gran recompensa para la gente que se entrega a Su voluntad, como nos lo aclara el Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, en el Hadiz en el que menciona que una de las características de las setenta mil personas que no serán juzgadas en el Día del Juicio y que entrarán directamente al Paraíso, es el encomendarse a Al-lah. Y en el Hadiz trasmitido por Omar Ibn Al Jattab, que Al-lah esté complacido con él, nos dijo el Mensajero de Al-lah: ‘Si ustedes se encomendaran a Al-lah realmente, Él los proveería como lo hace con las aves, ellas salen de sus nidos hambrientas y regresan satisfechas y con comida’”.

Por lo tanto, es incorrecto pensar, creer o afirmar que no es necesario obrar para obtener lo que se nos ha destinado, como aquellos que alegan que no hay necesidad de esforzarse por la riqueza, ya que, si Al-lah dispuso que fueran ricos, los bienes les llegarán por sí solos; y si destinó que fueran pobres, pues entonces sería una pérdida de tiempo y esfuerzo cansarse buscando la riqueza. Esta actitud es contraria a los principios básicos y fundamentales de la fe islámica, pues como lo afirma el mismo Profeta Muhammad en el Hadiz de las aves, todo musulmán debe esforzarse y seguir los medios lícitos para lograr su sustento, pues él mencionó que las aves salen de sus nidos en búsqueda del sustento, o sea se esfuerzan. En el Hadiz en mención encontramos dos puntos básicos que todo musulmán debe tener en cuenta en su creencia:

Confiar en Al-lah.

Obrar y esforzarse.

Algunos de los creyentes virtuosos dijeron que a quien acepta la voluntad de Al-lah en todos los asuntos, todos estos se le facilitarán y los caminos hacia el bien se multiplicarán. Para que el creyente logre reunir las condiciones necesarias para que su confianza en Al-lah sea verdadera y consistente, debe tener un conocimiento básico de los principios del Tawhid (la creencia en la unicidad absoluta de Al-lah).

Nos extraña ver que hay personas que saben que necesitan de Al-lah, que tienen límites, que Al-lah es justo en sus decisiones y que todos los asuntos dependen de Su voluntad, y aún así no son capaces de reconocer que deben entregarse al designio de Al-lah y su Sabiduría, confiar en Él y solicitar Su auxilio.

Le pido a Dios perdón por nuestras faltas- Háganlo ustedes también.

La segunda

Segundo Jutba

¡Musulmanes! Es una obligación que el creyente se esfuerce, tome todas las precauciones y los medios necesarios, sabiendo que esto es sólo parte de la forma en que se alcanzan los objetivos en la vida, porque no debe olvidar que sin la anuencia de Al-lah no es posible lograr algo, por mínimo que sea. Este fue el camino trazado por la persona más entregada y encomendada a Al-lah, ¿quién otro que el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam?, y fue a él que siguieron sus Sahabah (discípulos), y todos los Salaf (predecesores virtuosos en el Islam). Al Hasan Al Basri, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “El encomendarse a Al-lah no contradice el hecho de obrar y esforzarse por alcanzar lo que se necesita, dice Al-lah, Altísimo sea: {¡Oh, creyentes! Estad precavidos.} [Corán 4:71], y: {Y preparad cuanto podáis de fuerzas.} [Corán 8:60].

El Islam educa a sus seguidores en la creencia en el Tawhid, los reafirma en la fe verdadera y fortalece su confianza en Al-lah; de esta forma los aleja de que caigan en la fantasía, la duda y lo falso. También, prohíbe creer en la adivinación, la superstición los agüeros y la suerte, e ir donde adivinos, hechiceros y brujos, quienes alegan conocer el futuro. Esta educación islámica, y las prohibiciones al respecto, tienen como objetivo principal librar al individuo, la familia y la sociedad entera del mal que causa creer en la falsedad y la fantasía, haciendo que la persona sólo crea en Al-lah y en que todos los asuntos dependan únicamente de Su voluntad. Dice Al-lah: {Di: No poseo ningún poder para beneficiarme ni perjudicarme a mí mismo, salvo lo que Al-lah quiera. Si tuviera conocimiento de lo oculto, entonces tendría abundantes bienes y no me hubiera alcanzado ningún mal. Yo sólo soy un amonestador y albriciador para quienes creen [en mi profecía]}, [Corán 7:188] {Si Al-lah te azota con una desgracia, nadie excepto Él podrá librarte de ella. Y si te depara un bien, nadie podrá impedir que te alcance Su favor. Concede Su gracia a quien Le place de Sus siervos. Él es Absolvedor, Misericordioso} [Corán 10:107], y {Di: Nadie en los cielos ni en la Tierra conoce lo oculto, salvo Al-lah. Y no saben cuándo serán resucitados.} [Corán 27:65]

Hermanos en la fe, Al-lah, Glorificado y Alabado sea, nos ha bendecido enormemente con esta religión, la cual nos aleja de todo pensamiento o idea falsa e ignorancia, por medio de su creencia clara y firme y sus leyes inmutables. Lastimosamente, algunos de nuestros hermanos y hermanas se dejan arrastrar por costumbres que anulan por completo los principios básicos de la creencia en el Islam, que Al-lah los guíe, al punto que muchos de ellos se han olvidado de su Señor y ponen sus esperanzas y confianza en personas, objetos, astros, colores, números, talismanes, etc., que no tienen el mínimo poder para beneficiar a alguien. Es tanta la desviación de estas personas, que algunas no salen de la casa, no toman una decisión o incluso no cumplen con sus obligaciones hacia los demás, hasta no leer el horóscopo o consultar a su adivino personal. Otros, por su parte, están sumidos en la superstición, temen ver animales como los búhos y gatos negros, o se enferman cuando llega un día 13 en martes o hay un eclipse, y toda clase de ideas tontas y sin fundamento alguno.

El Islam llegó para liberar al ser humano de todo aquello que lo lleve a la ignorancia y lo aleje de Al-lah, enseñándole que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah y, como sabemos, la adoración no sólo significa orar o ayunar, pues además hay que someterse a Su voluntad y confiar única y exclusivamente en Él.

Dice Al-lah: {Y si les preguntas [¡Oh, Muhammad! a los idólatras:] ¿Quién creó los cielos y la Tierra? Te responderán: ¡Al-lah! Diles: ¿Acaso no observáis que aquello que invocáis en vez de Al-lah [carece de poder]? ¿Si Al-lah quisiera azotarme con algún daño, acaso ellos [vuestros ídolos] me librarían de él? ¿O si deseara cubrirme con Su misericordia, podrían ellos impedirlo? Diles [¡Oh, Muhammad!]: Me es suficiente con Al-lah. Quienes confíen verdaderamente en Al-lah que se encomienden a Él.} [Corán 39:38]

Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se lo ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él.} [Corán 33:56]

¡Oh Al-lah! Me refugio en Ti de desviarme o ser desviado, de equivocarme o de que me precipite en el error, de oprimir y ser oprimido, de ser ignorante o que sean ignorantes conmigo.

¡Oh Al-lah! Tú eres el Soberano, no existe dios excepto Tú. Tú eres mi Señor y yo soy tu siervo. He sido injusto con mi alma, reconozco mis pecados, perdona todas mis culpas, y mis faltas porque nadie perdona los pecados sino Tú. Guíame hacia los mejores modales, no guía a ellos sino Tú. Aleja de mí las malas obras, no las aleja sino Tú.

¡Oh Al-lah! Perdóname tanto los pecados que cometí como lo que dejé de hacer, y aquellos que haya cometido en secreto y públicamente, y lo que haya malgastado, como también de aquellas cosas que Tú bien sabes de mí.